Esta alegre fiesta de “animación” que Jorge Carruana propone en su exposición personal en la galería Rondanini (12 slides de Cuba) suscita dos reacciones. La primera, la más inmediata, se basa en una especie de alegre participación en la lectura de un cómic imaginario que desmitifica el erotismo traduciéndolo en ritmos que recuerdan el cartoon. La segunda, en cambio, contiene un componente más reflexivo, basado en el análisis de un no menos imperceptible componente de radicalismo que está en la raíz de la investigación en calidad de inquietud. El erotismo en el fondo pierde dramatismo no por convicción sino por la fuerza del exorcismo. Sin embargo, es siempre desde el laberinto de la memoria que parten sus acciones y esta evidente insistencia de movimiento dentro y fuera de los límites de la puerta y de la ventana con una referencia freudiana fácilmente legible, es un modo de llamar la atención que a mi parecer el artista escoge para alejar sus fantasmas y no quedarse solo con su propia soledad. El suyo no es un recurso estructural primario. Creo más bien que se puede definir como una feroz y alegre agresividad, desarrollada en una explosión de voluntad cuyo objetivo es buscar los diferentes caminos (entre padecimientos y sobresaltos) que le posibiliten al hombre configurar su propia historia. Una historia que Carruana vive a fondo sufriendo todas las contradicciones, situándolas en el plano de una ingenua, aunque consciente narrativa. Sus personajes visten siempre los trajes del mimo, y parecen siempre dispuestos a volver a entrar en escena después de haber salido para sufrir la irrupción de la acción escénica no por error de ellos, sino, del director. El resultado es una alegre y sin embargo trágica confusión que se resuelve, después de todo, en la constatación de un estado de ánimo.
Una feroz, alegre agresividad en la fiesta de animación de JORGE CARRUANA en la exposición 12 Slides de Cuba. Periódico La Voce Repubblicana,1977